Se lleva mucho eso de mezclar estilos. Como interioristas, es una idea que nos encanta y que ponemos en práctica con frecuencia en nuestros proyectos. Sin embargo, por experiencia sabemos que es un recurso que a menudo se utiliza como pretexto para aprovechar muebles o piezas que no combinan con el resto de la decoración pero que nos da pena tirar. Ya sabes, ése puf que te trajeron de Marruecos, la alfombra persa de tu madre, la vitrina rústica de la casa del pueblo de la abuela…
Está bien mezclar, por supuesto, y todas esas cosas se pueden conservar. Pero hay que hacerlo bien o tu casa puede acabar pareciendo un auténtico bazar.
Como a la hora de vestir, hay personas que tienen una gracia natural para mezclar estampados y colores imposibles y están estupendas con faldas de rayas y camisas de flores (estoy pensando en Miranda Makaroff, por ejemplo). Pero si no eres de esas afortunadas, también hay formas de mezclar menos arriesgadas que pueden ser un éxito y dar un plus a tu decoración. Hoy te damos todas las claves para un mix and match de 10.
- Elije un estilo (o una mezcla) que te guste y aplícalo a toda la casa. Para evitar el temido «efecto bazar» es importante que todas las estancias de la casa «respiren» el mismo estilo. No tienen que ser todas iguales, por supuesto. Lo que tienes que buscar es un argumento común en la decoración que unifique visualmente los espacios. Pequeños toques decorativos transversales te ayudarán a conseguir el efecto.
- Elije un estilo principal preponderante. Será el estilo protagonista, al que aplicaremos luego los toques diferentes.
- El estilo principal será el equivalente a tu fondo de armario, así que, independientemente del que elijas, será más fácil combinar con otros estilos si generas una base neutra. Ya sea nórdico, provenzal o rústico, haz que los muebles principales y más grandes sean blancos, grises y en maderas claras. Así te resultará mucho más fácil añadir luego complementos con más personalidad y de un estilo distinto.
- Selecciona el contrapunto y procura no divagar. Si decides dar un toque rústico a una base nórdica, por ejemplo, cíñete a elementos de madera, lanas crudas, materiales naturales, flores frescas… no plantes de pronto un espejo barroco por original que te parezca. Puede hacerse, pero es arriesgado y si no lo haces «con arte» estás abocada al mencionado y temido «efecto bazar».
- Hay estilos que admiten mejor la mezcla que otros. El nórdico es de los más versátiles, por ejemplo. Puedes complementarlo con toques vintage, rústicos, étnicos, industriales e incluso notas barrocas… Sin embargo, si te gusta la decoración clásica, te costará mucho más incorporar piezas de otros estilos decorativos y acertar.
- No utilices la mezcla como excusa para reciclar. Vintage y viejo no es lo mismo. Tampoco el concepto «moderno» está a menudo bien entendido y lo que nos traemos de nuestros viajes a veces es más kitsch que étnico. Valora objetivamente y dejando a un lado los sentimientos si lo que quieres conservar es realmente valioso y puede quedar bien en el ambiente que has imaginado. Si la respuesta es sí, adelante. Si tienes dudas, es mejor que la segunda oportunidad se la des en Wallapop :)
Estos son nuestros secretos para el éxito. Si aún tienes dudas o no tienes tiempo de pararte a pensar en cómo decorar tu casa, no dudes en llamarnos. Tenemos varios servicios de interiorismo que pueden ser tu salvación.
Fuente imágenes: Pinterest
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