Hoy os mostramos otro ejemplo de nuestro trabajo. Tras un trato desastroso por parte de los últimos inquilinos, los propietarios de la vivienda se pusieron en contacto con nosotros para que les asesorásemos con la reforma. Lo dejaron todo en nuestras manos (nuestro servicio incluía el proyecto de interiorismo. le dirección de obra y la certificación energética); su única premisa era flexibilizar al máximo su presupuesto invirtiendo lo mínimo para obtener el mejor resultado posible.
En la primera visita a la vivienda, que no se reformaba desde hacía casi 30 años y llevaba alquilada más de 20, evaluamos los aspectos positivos y negativos. Como parte positiva, destacar que, aunque la vivienda es pequeña (65 m2 útiles repartidos en tres dormitorios), es totalmente exterior, está bien distribuida, y cuenta con mucha luminosidad, buena orientación (el estar y dos de los dormitorios tienen orientación SE y la cocina, el baño y un tercer dormitorio, a NO), y posibilidad de ventilación cruzada. Dados todos estos datos favorables, merecía la pena invertir en ella y dejarla lista para entrar de nuevo en el mercado. Un buen lavado de cara podría colocarla en buena posición de cara al arrendamiento.
Como aspecto negativo, el estado penoso en que la dejaron los últimos inquilinos, que obligaba a una reforma practicamente integral: azulejos despegados, suelos muy dañados, suciedad en la pintura, puertas y ventanas rotas, mobiliario en baño y cocina muy deteriorado, falsos techos manipulados… Como una imagen vale más que mil palabras, os dejamos imágenes del estado previo.
Para amortizar al máximo el presupuesto disponible, propusimos a los inquilinos unos acabados con buena relación calidad/precio. Como la certificación energética formaba parte del pack de contratación, hicimos un predimensionado para ver en qué puntos podíamos mejorar la vivienda desde el punto de vista energético. En este sentido, se mejoró sensiblemente la calidad de las ventanas y se incorporaron toldos para el control solar en las estancias con orientación SE, además de mejorar la eficiencia de las instalaciones de agua caliente y calefacción. Conseguimos así pasar de una califación F a una calificación D, un punto más a favor a la hora de alquilarla.
Respecto a los acabados, propusimos una envolvente neutra, que pudiese albergar cualquier estilo de decoración (el piso se alquila sin muebles), potenciando al máximo la luminosidad de las estancias. Se instaló porcelánico blanco en paredes de cocina y baño y gris en los suelos, un color más sufrido de cara a un uso «menos cuidadoso». El mobiliario, también se propuso blanco, tanto para la cocina como para el baño. En el resto de la vivienda se instaló un laminado de madera sobre el pavimento preexistente, con rodapié blanco, a tono con las puertas. El resultado es así de espectacular, y sin gastar más de lo previsto. Por cierto, se alquiló al mes siguiente de finalizar la reforma por 25% más que en origen. En sólo dos años y medio, la inversión estará amortizada. ¿Qué os parece el resultado?
Si necesitáis un servicio parecido, no dudéis en poneros en contacto con nosotros.