Cuando nuestros clientes nos llamaron para reformar esta vivienda para el alquiler de lujo, nos hablaron de un piso que ya tenía una reforma parcial. El anterior dueño había empezado a transformarlo y, aparentemente, había dejado la obra lista para empezar con los acabados.
Nada más lejos de la realidad. Cuando visitamos la vivienda nos encontramos una distribución extrañísima. Los baños estaban llenos de recovecos, y había dormitorios sin una sola pared ortogonal… La iluminación planteada era muy pobre y las instalaciones no estaban aparentemente bien resueltas. En definitiva, si el objetivo era el mercado de lujo, había que retomar la reforma desde cero. No se puede vender lujo solo con los acabados. El lujo está, por encima de todo, en la calidad de los espacios.
Por suerte, los propietarios estaban de acuerdo y nos pusimos manos a la obra. Con mucho ingenio logramos transformar aquel caos sin sentido en una vivienda bien organizada. Tras darle muchas vueltas, apostamos por un “open concept” para el trio estar-comedor-cocina. Eso nos permitió encajar tres dormitorios, dos de ellos con vestidor y baño en suite. El baño del dormitorio principal, apodado por nuestros clientes “el hammam” pasó a ser una de las piezas estrella de la vivienda por méritos propios.
Estarás deseando ver el resultado… Debido al tamaño de la vivienda, casi 200 m2, vamos a dedicar un par de post para contarte todos los detalles. En esta entrada te hablamos de la zona de noche.
El lujo está en el espacio.
Como te decía más arriba, la vivienda es bastante grande; tiene casi 160 m2. Cuando se plantea una distribución y un programa, este debe ser proporcional al tamaño de la casa. Tiene tan poco sentido plantear 3 dormitorios en una casa de 50 m2, como que una de 200 m2 tenga solo un par de habitaciones.
Tampoco veíamos razonable que los dormitorios fuesen convencionales. No concebíamos que, al menos las habitaciones principales, no tuviesen su propio baño y un vestidor funcional, con buena capacidad de almacenamiento.
De los tres dormitorios que planteamos, dos tienen este diseño y el tercero, más orientado a las visitas, disfruta de un amplio armario y está muy próximo al baño de la zona de día.
Dormitorios con vestidor y baño en suite.
El dormitorio principal, situado al fondo de la vivienda es el más espacioso e íntimo. Alejado del bullicio de la calle Goya, dispone de casi 16 m2 de superficie para dormir y trabajar. A través de un vestíbulo con un armario empotrado se accede al ya citado “hammam”. También da paso a un vestidor de casi 5 m2.
Desde el principio tuvimos claro que el baño, de más de 10 m2, tenía que ser la pieza clave. Si había un espacio capaz de representar el lujo en la casa, era este. Propusimos a nuestros clientes colocar una bañera exenta, además de una ducha muy funcional y la idea les encantó. También instalamos un mueble de baño con buena capacidad y una encimera grande, perfecta para ser usada como tocador. El inodoro está escondido tras el tabique de la ducha. El resto de piezas, ayudan a configurar un espacio bastante irregular que, sin embargo, tiene una apariencia ordenada y meticulosa.
Los acabados generales son de porcelánico, aunque reservamos la pared trasera de la bañera para instalar piezas artesanales de azulejo. En ellas se encastra una hornacina de madera, perfecta para contribuir a la comodidad de un baño relajante. Si te fijas, las piezas están perfectamente replanteadas, algo que no resultó nada sencillo por la naturaleza artesanal de las mismas.
Aunque el dormitorio principal es el más espectacular, el segundo no lo es menos. Dispone de un baño completo con una ducha muy amplia y un mueble de lavabo de gran capacidad. Quisimos darle el mismo guiño que al “hammam” y la trasera del lavabo es de azulejo Zellige, en este caso en un tono más oscuro. Tiene también un vestidor, menos grande pero muy funcional y bien aprovechado.
El tercer dormitorio, como te decía más arriba, no tiene baño en suite ni vestidor, pero sí dispone de un armario muy completo con luz incluida. Se le supone un uso más esporádico. Incluso, por estar más próximo a la zona de día, puede ser utilizado como despacho o sala de trabajo.
Los acabados singulares, la guinda del pastel.
En cuanto a los acabados, cabe señalar el paño de ladrillo original que recuperamos en el pasillo. Se trata de un guiño que recuerda el origen de la vivienda y acorta el pasillo.
También las puertas y rodapiés son más altos de lo convencional.
Por su parte, el suelo se erige como el gran protagonista de los acabados. Se trata de un suelo de madera multicapa, con capa noble de roble barnizado mate, con un acabado muy natural. Para dar un toque más sofisticado, apostamos por una disposición en espiga con punta Hungría. El resultado no pudo ser más satisfactorio. Si tienes dudas sobre de qué tipo de suelo estamos hablando, no dejes de leer nuestro extenso post sobre suelos de madera.
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