Un clásico entre los clásicos que no podía faltar en nuestra selección de muebles imprescindibles. De origen inglés, de finales del XIX, el Chester es perfecto si queremos lograr un ambiente glamouroso y chic.
Sus rasgos inconfundibles: el capitoné y los reposabrazos, curvilíneos y a la altura del respaldo. Originalmente se presentaba tapizado en piel (marrón o verde) aunque en la actualidad podemos verlo revestido con multitud de tejidos. En una decoración en tonos claros resultará elegante y sobrio en cualquiera de sus versiones. Puedes combinarlo con piezas clásicas o de diseño contemporáneo, aunque en este último caso, la descontextualización le dará un punto más actual. Si tienes alguna pieza vintage, perfecto, se harán buenos amigos. Puedes combinarlo con maletas antiguas, animal rug, láminas didácticas y algún toque de mobiliario industrial.
Si te resulta difícil encontrar la versión original hay multitud de réplicas en el mercado de muy buena calidad: Natuzzi, Laura Ashley, Divato…