Aunque tal vez ya lo conoces, hoy queremos compartir contigo un proyecto muy especial.
Cuando echó a andar R de Room Shop, viajamos a París para empaparnos de estilo nórdico y hacernos con cosas bonitas para la tienda. Estuvimos en la Feria un par de tardes, pero era septiembre y el buen tiempo y la Ciudad de la Luz nos pedían a gritos salir a dar una vuelta y poner en práctica las recomendaciones de Inès de la Fressange para ser auténticas parisinas.
Pasamos por el Café des Deux Molins, pero el croissant lo pedimos para llevar porque en París el tiempo vuela casi más rápido que en Madrid y queríamos aprovecharlo al máximo. Nos dejamos llevar por Montmartre en un largo paseo, tanto, que acabamos perdidas y sin batería en el móvil. La cosa parecía ponerse fea hasta que una levantó la cabeza y dijo ¿has visto eso?
El escaparate no decía mucho, pero pegando la nariz al cristal pudimos ver ya algunos tesoros. Todo era demasiado grande para nuestras pequeñas maletas de cabina, pero no podíamos resistirnos a entrar y echar un vistazo. Al cruzar la puerta, una auténtica brocanterie se abrió paso entre la penumbra de la tienda: sillones midcentury, Tolix, Jieldés… y sobre un G Plan, una colección de revistas de mediados del siglo XX.
Abrirlas fue casi mágico. A medida que pasábamos las páginas aparecían los primeros anuncios de marcas hoy consagradas como Hermès y Nina Ricci, editoriales con imágenes casi contemporáneas, instantáneas de lifestyle llenas de estilo y glamour, bocetos de diseños de Dior y Givenchy… Una de las dos comentó “esto merecería enmarcarse” y así, ni más ni menos, fue como vio la luz uno de nuestros proyectos más personales: las #láminasRdeRoom.
A nosotras nos gusta imaginar a una parisina estilosa comprando la revista allá por 1960, llevándosela a casa, doblando una esquina para marcar en qué página estaba su perfume favorito, tal vez copiando algún vestido y, por supuesto, guardándola años y años. Quién sabe cómo llegó de su casa a aquella brocanterie de Montmartre. Lo que sí podemos contarte es que desde que nosotras las encontramos hasta que llegan a la tuya, ponemos todo el mimo y el cariño del mundo. Seleccionamos juntas cada lámina, y nosotras mismas las montamos en los passepartouts. Las fotografiamos como si de auténticas estrellas de rock se trataran y te las enviamos como oro en paño para que lleguen intactas a tu pared.
Vogue ya se ha hecho eco, pero sabemos que no todo el mundo es capaz de entender lo maravillosas que son. Si tú tienes la sensibilidad de ver lo que encierran estos tesoros, no dejes pasar tu favorita porque es realmente única. Ahora está aquí pero mañana tal vez no.
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