Son innumerables los beneficios de desplazarse en bici. Nuestra salud y la del medio ambiente agradecerán que cambiemos el coche por el vehículo más eficiente construido por el hombre. Pero, ¿qué pasa con nuestras viviendas? No es un problema si tenemos garaje o trastero, pero ¿qué hacemos con ella si vivimos en un piso pequeño? Te damos algunas claves para que no renuncies a usarla.
– Si aún no la tienes y la vas a usar para desplazarte por la ciudad, puedes optar por modelos plegables. Ocupan menos espacio y caben prácticamente en cualquier rincón de la casa. Los comercializan incluso con funda.
– Si ya tienes bici y es de las grandes, no tengas miedo a mostrarla. Inclúyela en la decoración como un objeto más. El único requisito es que esté bien limpia; por lo demás, la puedes tener en el vestíbulo, en el estar, en un dormitorio, en un pasillo un poco ancho, etc. Aunque a priori pienses que no hay dónde meterla, a veces basta con reorganizar un poco el mobiliario. Echa un vistazo a este home staging donde repensando un poco la estancia conseguimos incluirla sin problema.
– Si tienes mucho espacio, basta con que la apoyes contra la pared. No necesitas nada más. Si no lo tienes, hay bastantes soluciones de almacenaje (estanterías, piezas para colgarlas…) pensadas para la bici. La mayoría con precios que oscilan entre los 50€ y los 100€. Puedes consultar la disponibilidad en tiendas especializadas o bien buscarlos en internet. Hay muchas versiones francamente versátiles y con diseños muy cuidados.