Llevamos ya más de 10 años en esto de la arquitectura y casi 7 concentradas en la elaboración de proyectos de reforma e interiorismo. En todo este tiempo, te lo puedo asegurar, hemos visto de todo.
Hoy quiero contarte algunas experiencias con clientes porque creo que de ellas puedes aprender tanto como nosotras. Puede que incluso te identifiques con más de una historia.
Se trata sobre todo de errores graves que habían cometido nuestros clientes antes de llamarnos. Si después de leer descubres que te pasa algo parecido, respira. Estás en el sitio correcto. En el cien por cien de los casos, conseguimos dar con una solución satisfactoria y obtuvimos un resultado estupendo.
Te adelanto que las fotos no son nuestras ni de nuestros clientes. Las hemos encontrado en la web y nos sirven para ilustrar lo que queremos contaros.
ERROR #1: TIRAR TABIQUES SIN PENSAR.
Espacios que no se pueden amueblar.
No son una ni dos. Varias personas se han puesto en contacto con nosotras porque habían tirado tabiques y se encontraban con estancias que no podían amueblar.
Tirar tabiques tiene ese riesgo. Cuando eliminamos la pared que separa nuestro salón de un pasillo, por ejemplo, vamos a encontrarnos que en vez de una pared lisa en la que apoyar mobiliario, tenemos una llena de puertas. No hay manera de colocar el mueble de TV y los recorridos hacia las puertas dificultan la colocación de la mesa y el sofá. No solo eso, probablemente el formato del salón cambie y pase de rectangular a cuadrado, lo que dificulta muchísimo el amueblamiento. Por no hablar de la pérdida de intimidad cuando las puertas dan a dormitorios o cuartos de baño.
Cocinas «open concept» que no terminan de integrarse.
El caso se vuelve más grave si la pared que tiramos es la que separa el salón de la cocina. Esto puede hacerse y efectivamente, se gana espacio y sensación de amplitud. Pero hay que pensar muy bien primero si de verdad ganamos más de lo que perdemos. En este post escribimos hace tiempo todo lo que debías plantearte antes de comunicar la cocina y el salón. Si estás pensando en hacerlo, te recomiendo que lo leas. Integrar estas dos estancias puede mejorar tu habitabilidad pero no es una solución universal. Ni es para todas las casas ni es para todo tipo de personas. Y créeme, hacerlo bien marca la diferencia. Puedes tener una cocina «open cocept» de revista si te sale bien. Y un saloncito con cocina, rollo apartamento de playa, si no lo consigues.
También es frecuente pensar que en un espacio grande no vas a tener problema en que quepa todo lo que necesitas. No, no siempre es así. Los salones irregulares o de formato cuadrado, por ejemplo, tienden a perder mucho espacio útil y son más difíciles de organizar. Tenlo en cuenta si al tirar tabiques lo que obtienes es un salón de este tipo.
Problemas técnicos imprevistos que duplican tu presupuesto.
Tirar tabiques puede dejar también en evidencia desajustes constructivos. Los suelos mal nivelados o los pavimentos ligeramente diferentes pueden sobrevivir en la misma casa siempre que se encuentren en estancias separadas. Cuando forman parte de la misma, hay que arreglarlos, con todo lo que ello implica.
También puede ocurrir que elimines parte de alguna instalación importante. Puedes dejar a la vista montantes de calefacción o agua, interrumpir algún circuito eléctrico… Son cosas que pueden solucionarse pero que requieren una inversión que tal vez no te habías planteado.
La solución siempre es planificar antes de actuar. Piensa bien qué va a suponer tirar el tabique desde el punto de vista constructivo, cómo va a ser el espacio resultante y cómo lo vas a organizar. Cuando hayas sopesado bien los pros y contras y todo a lo que vas a tener que enfrentarte, entonces sí, ponte manos a la obra. O no.
ERROR #2: REFORMAR SIN PENSAR EN LOS MUEBLES.
Es otro error muy habitual. Uno se embarca en la vorágine de una reforma y son tantas las decisiones que hay que tomar que muchas se posponen.
Piensas que cuando termines con las obras, ya pensarás en los muebles. Error. Reforma e interiorismo deben ir de la mano. Piensa en ese punto de luz que dejas sobre la mesa del comedor para poner una lámpara bonita. Si no tienes muy claro dónde vas a poner la mesa y cuánto va a medir, tienes un 99% de posibilidades de que el punto no coincida en el centro de la mesa. ¿De verdad vas a reformar tu casa para acto seguido tener que desplazar un punto de luz?
El dichoso radiador.
También son incontables las veces en las que nos hemos encontrado los radiadores instalados de tal manera que imposibilitan el amueblamiento. En una estancia vacía, a priori, el radiador puede estar en cualquier parte. Solo necesita una pared en la que apoyarse. Ojalá fuese tan fácil. Es posible que esa pared sea la idónea para colocar el mueble de la TV o el sofá y con el radiador ahí sea imposible. Si antes de ubicar los radiadores, tienes claro dónde van a ir tus muebles, te será mucho más sencillo decidir cuál es el sitio en el que menos van a molestarte. Si lo planificas antes, podrás optar por instalar un radiador más grande, dos más pequeños o apostar por formatos verticales. Hay muchas opciones para solucionar problemas aparentemente insalvables.
O por ejemplo, eliges puertas abatibles para el armario de tu dormitorio y cuando amueblas te des cuenta de que si instalas la cama y dos mesillas, una de las puertas del armario no abre.
Los espacios vacíos engañan.
Una última cosa. Si sigues nuestro consejo y te planteas el amueblamiento al mismo tiempo que la reforma, ten en cuenta esto: los espacios vacíos engañan. La mayoría de personas que no se dedican profesionalmente a la arquitectura o el interiorismo tienden a pensar que en un espacio caben más muebles y más grandes de los que realmente caben. Lo ideal es que dibujes un plano de la estancia y sitúes en ella los muebles a escala, con sus dimensiones reales. Si no te manejas con los planos, mide las mismas dimensiones en tu casa y hazte a la idea de cómo quedarían los muebles elegidos.
ERROR #3: COMPRAR UN SOFÁ DEMASIADO GRANDE.
No tenemos dedos en las manos para contar los proyectos de interiorismo que hemos desarrollado en el estudio partiendo de un sofá que los clientes habían comprado demasiado grande. Muchos. Demasiados.
En la tienda, seguramente muy amplia, el sofá parecía perfecto para ellos. Pero, cuando el sofá llega a casa ¡sorpresa! Casi no cabe nada más. En la mayoría de los casos hemos tenido que cambiar la distribución de los muebles en el salón. Casi siempre hemos logrado reubicar el sofá. Pero confesamos que son los casos más difíciles. Requiere destreza y experiencia.
Moraleja. Mide, mide, y mide. Replantea el sofá con cinta de carrocero en el suelo. Valora el espacio libre que te queda una vez posicionado el sofá. Si ahí caben la butaca, la mesa y sillas de comedor que cubren las plazas que necesitas, perfecto. Siempre sin olvidar que debes dejar huecos de paso libre proporcionados.
ERROR #4: CUANDO PINTEREST SE CONVIERTE EN TU ENEMIGO.
Miles de fotos y tableros inspiradores. Demasiadas cosas bonitas guardadas en la whishlist “para casa”. Puede que todo lo que hayas guardado sea precioso, pero no podrás ponerlo todo en tu casa. Al menos sin que sea un «horror vacui» . Si te han hablado de maquillaje en alguna ocasión, sabrás eso de que hay que elegir entre la boca y los ojos. Es decir, si te pintas los labios de un color fuerte tendrás que maquillar los ojos de una manera más sutil y viceversa. Pues lo mismo pasa con la decoración; tienes que imponer una jerarquía. Piensa en qué piezas quieres que tengan protagonismo y elige otras que se lo cedan. De lo contrario conseguirás un popurrí bastante desasosegador.
Te proponemos un ejercicio. Abre alguna foto de Pinterest y comprueba si se cumple esto que te hemos contado. Casi seguro que todas son fieles a este principio deco. Si te fijas, predomina un color, una lámpara, un sofá, colores en los complementos, un mueble de diseño, un material…
Dicho todo lo anterior, tendrás que elegir (sí, sé que la vida es dura). Decide ideas son las que más te convencen y apostar por ellas.