La semana pasada te contábamos unos cuantos errores deco que cometen habitualmente nuestros clientes antes de llamarnos. Si no has leído el post, te recomiendo que lo hagas porque este es una continuación. Lo cierto es que, cuando uno es lego en la materia, es más fácil equivocarse que acertar. ¿Quieres saber dónde falla con más frecuencia un profano cuando de interiorismo y decoración se trata?
ERROR #5: NO REFLEXIONAR SOBRE CÓMO VIVES.
Porque… no todo el mundo usa su casa igual. Parece una perogrullada pero es así. Hay mucha gente que piensa que usa su casa como todos los demás y nada más lejos de la realidad. Y no porque haya maneras buenas o malas de vivir en una casa. Más bien es que cada familia tiene unas necesidades y unos gustos y su casa debe satisfacerlos.
«Nosotros hacemos vida en la cocina». Antes de lanzarte a hacer un cocinón, piensa por qué lo haces.
Os cuento un ejemplo. Oímos habitualmente “a nosotros nos gusta comer y cenar en la cocina”. ¿Seguro? Llegados a este punto te invitamos a contestar a las siguientes preguntas:
- ¿En casa de tus padres se hacía así?
- ¿Tienes un comedor agradable y cómodo?
- ¿Está el comedor muy alejado de la cocina?
- ¿Tu cocina es un espacio agradable para comer allí?
Si yo respondiese al cuestionario, te diría que en casa de mis padres hacemos vida en la cocina. Es un espacio amplio con grandes ventanales que dan salida a una terraza llena de plantas. Tiene vistas a la montaña y está orientada al sureste, así que si te colocas estratégicamente, puedes desayunar con el calorcito del sol que nace acariciándote la espalda. Tiene una mesa grande, donde cabemos todos cómodamente.
¿Crees que estamos en la cocina porque nos gusta hacer vida en esta estancia? Te aseguro que no. Son más bien las sensaciones que nos evocan los espacios y lo cómodos y agradables que nos resultan lo que hacen que los usemos más o menos.
En mi casa actual la cocina es estrecha, tipo tubo. Da a un patio de luces y está orientada al norte. No tiene demasiada luz ni, obviamente, buenas vistas. En cambio mi salón se parece mucho a la cocina de mis padres. Con vistas al río y ventanas enormes que lo inundan de luz. Allí es donde comemos y allí es donde nos gusta hacer vida ahora.
Una vez respondidas estas preguntas es probable que tengas más claro si de verdad te gusta comer en la cocina o hay otros motivos detrás. Tal vez comer en la cocina es una costumbre heredada, no algo que realmente te apetece. Quizá tu cocina, como la de mis padres, está bien orientada, tiene mucha luz y es un espacio agradable y, sin embargo, el comedor no, por eso la prefieres. Quizá simplemente te resulta más práctico tener todo a mano cuando pones la mesa o la recoges. Piensa en todo ello antes de condicionar tu reforma o tu amueblamiento a ideas preconcebidas. Especialmente porque, como en mi caso, lo que resultaba estupendo en casa de tus padres puede no serlo en la tuya.
La TV, la gran denostada.
Vamos con otro ejemplo; “en casa no vemos la TV” y no queremos que sea la protagonista del salón. ¿Seguro? Te volvemos a plantear unas preguntas:
- ¿No ves películas?
- ¿No tienes contratadas plataformas tipo Netflix o HBO?
- Imagina tu casa sin TV. ¿Es probable que algunos miembros de la casa se vayan con su tableta o portátil a la habitación a ver series o películas?
- ¿Te parece mejor tener un proyector que una TV?
Con estas preguntas seguro que tienes más claro qué es lo que no te gusta, si el electrodoméstico o lo que emiten los canales en abierto. También podrás saber si eliminarla va a tener el resultado que esperas o todo lo contrario.
Estamos de acuerdo en que organizar un salón teniendo como centro una TV no es bonito y es revelador de la sociedad en que vivimos. No obstante, antes de suprimirla debes estar seguro de que no la usas y, sobre todo, de que no es un punto de encuentro para tu familia.
¿El lavabo de dos senos es realmente la solución a los problemas de simultaneidad en los baños?
Otro ejemplo más, muy tonto pero muy frecuente: querer a toda costa dos lavabos en el baño. Siempre que nuestros clientes nos lo piden, les pedimos nosotras que hagan un ejercicio y anoten qué tareas hacen simultáneamente los usuarios de un mismo baño. En el 10% de los casos esas tareas implican el uso simultáneo del lavabo. Piénsalo. Para maquillarte, afeitarte, secarte el pelo, depilarte, peinarte… no necesitas un lavabo. Lo que necesitas es espacio. Y seamos realistas, un lavabo te lo quita. Probablemente, una buena encimera-tocador y un inodoro a la francesa solucionen mucho mejor los problemas de simultaneidad. No te dejes llevar por ideas preconcebidas. Reflexiona.
Y como los ejemplos que te contamos arriba muchos más.
En definitiva, piensa en las circunstancias que te llevan a usar tu casa como lo haces y dedica un tiempo a pensar con calma cómo te gustaría vivir en realidad. Cuando reformamos vuestras casas, ese es nuestro objetivo principal. Queremos que los hogares que creamos ayuden a nuestros clientes a vivir como desean.
ERROR #6: LOS PLANOS DE LA INMOBILIARIA O PROMOTORA SON ENGAÑOSOS.
Si te ha pasado o conoces a alguien que ha pasado por lo mismo, puedes estar tranquilo. No te ha ocurrido solo a ti.
Allí donde cabían 2 sofás, 2 butacas y una mesa de comedor de 6 plazas, a duras penas cabe un sofá con chaise longue y una mesa reducida para 4 personas pegada a la pared. Créenos, es una historia real.
Antes de comprar, pide planos de cotas. Es algo imprescindible puesto que los muebles están dibujados a escalas que no se corresponden con la realidad actual. Queremos pensar que es porque están obsoletos, y no porque haya intenciones aviesas por parte de los vendedores.
Vuelve a coger el metro y mide en tu casa o donde quieras. Solo así tendrás una visión real de las dimensiones.
ERROR #7: COMPRAR PIEZAS SUELTAS, POR IMPULSO.
Esta es otra historia también muy frecuente. Encuentras un sofá bien de precio, lo compras. Ves online una butaca con un tapizado ideal y te lanzas. Una oferta con mesas de centro ¡cómo resistirse! Así una a una van llegando a casa piezas sueltas de mobiliario que… no pegan ni con cola. El sofá se ve pequeño porque la butaca es enorme y se hace con todo el protagonismo. Las mesas de centro quedan bailando en el espacio y hasta los cojines parecen puestos por el enemigo.
No está mal comprar por partes, por supuesto que no. Te permite ir ahorrando a medida que compras e invertir más en las piezas. Pero si lo vas a hacer así, debes tener claro de antemano qué imagen quieres conseguir y cómo deben ser las piezas que te ayudarán a conseguirlo. Estudia bien el conjunto en medidas y tonos y, teniendo esto claro, será más difícil que te equivoques.
Antes de empezar a comprar debe estar claro en tu cabeza y, muy importante, sobre plano, la imagen del resultado. Y como te decíamos antes: mide, mide y vuelve a medir.
Estas son algunas de nuestras experiencias, aunque podríamos contarte muchas más.