Quizás acabas de comprar tu primera vivienda y empiezas de cero a invertir en muebles. Tal vez has decidido prescindir de los antiguos y, como dicen en inglés “start fresh”…
Sea como sea, seguro que no tienes ni idea de lo que te va a costar la broma. Porque, seamos sinceros, amueblar completamente una vivienda es una aventura. Con más razón si te embarcas en el proceso sin ayuda profesional.
Lo ideal para que todo salga bien es establecer un presupuesto y planificar las compras para no sobrepasarlo; así trabajamos nosotras. Pedimos a nuestro cliente la cifra máxima que quiere invertir y buscamos la mejor solución posible para ese presupuesto. El resultado, sea cual sea esa cifra, es siempre bueno y sin sorpresas. En la mayoría de casos conseguimos incluso ahorrar respecto a las previsiones sin renunciar a una gota de estilo. No dudes en ponerte en contacto con nosotras si buscas ayuda profesional.
Si estás pensando en hacerlo por tu cuenta, esa sería sin duda la forma ideal de acometer el proceso. Pero la pregunta sigue ahí ¿cuánto es razonable invertir en el amueblamiento de una vivienda desde cero?
Dar una cantidad exacta es imposible. Cada casa es un mundo y cada ocupante, otro. También es imposible establecer un precio por metro cuadrado; no sería realista. Lo que sí podemos hacer es darte unas cuantas pistas que te ayuden a afinar bastante la cifra de lo que supone poner a punto tu casa. ¿Comenzamos?
- Haz una búsqueda por internet o visita tiendas físicas y observa precios de las piezas más grandes o significativas. ¿Sabes cuáles son las que siempre se llevan el grueso del presupuesto? Te lo decimos nosotras: sofás, mesa y sillas de comedor, grandes estanterías y aparadores. Es buena idea invertir en este tipo de piezas que pueden durarte toda la vida si las cuidas. ¿Un aparador mid-century? ¿Una mesa de madera maciza? Haz tus números comenzando por presupuestar estos elementos de acuerdo también con tus necesidades de espacio y almacenamiento.
- En cuanto a la cocina y los vestidores, ese es otro mundo y necesitarás ayuda profesional. No dudes en pedir un presupuesto y tenlo en cuenta en la suma.
- ¿Llevas toda la vida soñando con la butaca de los Eames o con una estantería String? ¿Quieres invertir en una lámpara de diseño? Si tienes en mente adquirir una pieza especial, debes incluirla en tus cálculos. No renuncies a ella antes de empezar a comprar; puedes llevarte una grata sorpresa si organizas bien tus compras y mezclas con acierto.
- Todas las piezas hechas a medida tienen un precio mucho mayor a las versiones estándar. Si encargas que confeccionen tus cortinas, te costarán mucho más que si das con unas ya confeccionadas que te encajan bien en el hueco de tus ventanas, por poner solo un ejemplo. Al hilo de esto, y si aún no has comenzado tu reforma, piensa que puedes obtener un resultado “a medida” con muebles elaborados en serie si un profesional te ayuda en el proceso. Ajustar tabiques puede ser mucho más barato que diseñar muebles a medida y un profesional puede ayudarte a conseguir ese efecto Premium.
- Los complementos suponen aproximadamente un 15% del total del presupuesto. No es necesario que entres en detalle ahora, pero ten en cuenta esta reserva porque son los que terminan de aportar el toque de estilo a la vivienda.
- Te aconsejamos que dejes margen a “imprevistos”. Seguro que surgen nuevas necesidades y, una compra lleva a otra, especialmente en objetos decorativos.
- Incluye en el presupuesto toda tu wishlist. Sé ambicioso y ve a por todas en un primer round. ¿Se te va de presupuesto? No hay problema. Llega el momento de reajustar.
¿Te has puesto manos a la obra y resulta que te has pasado con tu presupuesto? No entres en pánico, te damos trucos para reajustarlo.
- Establece prioridades reales y fracciona tus compras. Ponte ciertos plazos para acometer toda la lista. Comienza por aquello totalmente necesario y deja para el final los detalles, que suelen ser las piezas decorativas, mesas auxiliares y otros extra. ¿Te imaginas la hora de la comida si no dispones de una mesa de comedor con sillas? Difícil, ¿verdad? O no tener un sofá donde descansar tras una larga jornada. Imagina todos aquellos muebles sin los que se hace difícil vivir cómodamente y ve por ellos primero.
- Hazte un planning. Una vez tachado lo imprescindible, añade el resto de mobiliario, digamos, secundario y auxiliar. Ponte metas y fechas y complétalo tranquilamente. Es mejor ir poco a poco que tener un montón de muebles y objetos decorativos en casa sin colocar a modo de trastero, ¿no crees?
- Si no hay manera de que te salgan las cuentas, no te quedará más remedio que reducir un poco la calidad de algunas piezas. Sabemos que no es lo recomendable, pero es efectivo a corto plazo. ¿Con qué piezas recortar? Seguramente lo mejor es que sean muebles auxiliares y todas aquellas que pienses que podrás reemplazar en un futuro, como estanterías, lámparas o cómodas.
- También puedes reducir la cantidad. Quizás en un primer momento no quede tu casa tan “llena”, pero piensa que el proceso de convertir una casa en hogar lleva su tiempo y siempre habrá lugar para seguir completando la decoración, añadiendo piezas y textiles.
- Si vas a acometer el amueblamiento por fases, es muy importante tenerlo todo previsto con un buen proyecto decorativo, para evitar que luego las cosas no “casen” o combinen. No amueblar a lo loco, vaya. Ten claro cuáles son tu estilo, tus necesidades y tu espacio. Para ello, inspírate en Instagram o Pinterest, hazte tus moodboards y luego elige las piezas. Si aún así no lo ves claro, déjate ayudar por un profesional. Lo notarás en el resultado y en tu bolsillo.
¿Te salen ahora las cuentas?