El eterno dilema: ducha o bañera. Hoy os contamos los pros y contras de cada una de las opciones.
Algunas veces no cabe la discusión. Si tienes poco espacio o necesitas una zona de baño accesible, la ducha es la mejor opción. En apenas 76×76 cm puedes encajar una ducha funcional y cómoda. Las hay prácticamente planas y si no das con el modelo, puedes hacerlas de obra, poniendo siempre especial atención a la impermeabilización y facilitando el registro y la limpieza de los desagües.
Si dispones de más espacio, la bañera aporta una serie de ventajas innegables. Cuando hay niños pequeños son mucho más cómodas, y en las casas en las que hay poco espacio hacen las veces de pila para lavar todo eso que no cabe en ningún otro sitio: ropa voluminosa, objetos de grandes dimensiones, mascotas, etc. Y por supuesto, aunque no es muy ecológico, permite que de vez en cuando, puedas darte el capricho de un baño relajante.
Si dispones de espacio suficiente, tampoco hay que pensarlo mucho ¡puedes instalar las dos cosas! De esta forma no renuncias ni a la comodidad de la ducha, ni a la versatilidad de la bañera. Si el espacio del que dispones es realmente grande, hay modelos exentos de diseño contemporáneo que darán un toque escultórico a tu baño. O, si tienes la oportunidad de conseguir alguna pieza antigua, dejarás el baño a la última incluyendo una bañera vintage. En cualquiera de los dos casos, cuando la bañera es exenta, compleméntala siempre con una ducha para el día a día.
Sin más, os dejamos con algunas imágenes inspiradoras que, a buen seguro, os pondrán los dientes largos. Tenéis más inspiración en nuestro post de Casa Decor sobre baños a la última.
¿Qué os parece? ¿Por cuál os decidís?