Echar mano del álbum familiar a veces tiene sorpresas desagradables. Cuando uno tira de fotografías viejas corre a menudo el riesgo de encontrarse con auténticos desastres estilísticos hechos carne en su propia persona. Las hombreras de los 80 son los accesorios más denostados, pero ¿qué me decís de las riñoneras, las chapitas “acid house” o los chupetes y búhos que nos colgamos durante una buena temporada de cualquier sitio posible? ¿y los cardados hasta el infinito y más allá, las uñas extralargas o los labios perfilados de otro color?
A nadie se le ocurriría repetir semejantes despropósitos. Me atrevo a decir que ni siquiera Vogue diciéndonos a gritos que vuelve a ser “lo más” podría conseguir que nos pintásemos los labios de marrón chocolate otra vez. Pues algo parecido ocurre con algunas tendencias decorativas.
Hoy te contamos qué modas han pasado a la historia en lo que a reformas y decoración se refiere. Si ya las tienes en casa, tú decides si puedes vivir con ello. Si no, piénsatelo dos veces antes de ponerte manos a la obra.
- PAVÉS. El pavés es la solución rápida, barata y fácil de colocar que muchos constructores daban hace años a los propietarios que lo que en realidad querían era un cerramiento de vidrio. No es una buena mampara ni separa ambientes. Descártalo salvo que vivas en un loft neoyorquino en el Soho. Si te gustan los cerramientos transparentes, echa un vistazo a estas propuestas, mucho más contemporáneas.
- GRESITE AZUL. Nunca nos ha terminado de convencer eso de poner en el baño un azulejo que se usa habitualmente en las piscinas. Si te gusta el efecto, piensa en alternativas más actuales, como el azulejo Zellige o busca otros formatos (hemos visto piezas hexagonales preciosas) y colores. Incluso cuando las piezas son cuadradas, si das con un tono de moda (verde bosque, azul pato) y lo usas sutilmente, puede quedar muy bonito y contemporáneo a la vez.
- PINTAR CADA HABITACIÓN DE UN COLOR. Hay quien se lo toma casi como una obligación cuando compra una casa. Y lo entendemos. Cuando llegas a una vivienda vacía, el primer impulso es hacerla tuya a toda costa y pintarla a tu gusto parece el primer paso lógico para crear un hogar propio. Pero date un tiempo. Cuando la casa esté llena de tus muebles y tenga todas tus cosas la sentirás mucho menos fría. Si aun así te sigue faltando color, plantéate pintar sólo una de las paredes. El lienzo sobre el que colocas la TV o el cabecero de la cama son dos buenos candidatos. Elige un color que combine bien con tu mobiliario y ¡adelante!
- FOCOS QUE ILUMINAN CUADROS. Ninguna obra, por maravillosa que sea, merece semejante despliegue. Si tienes un cuadro que te gusta especialmente y quieres que destaque en tu casa, colócalo en una pared en la que cobre protagonismo y cuida la iluminación de toda la estancia. No vale con plantar un foco encima, hay que iluminar bien toda la pared y colocarlo en un espacio de proporciones adecuadas a su tamaño.
- CAMPANAS ESCULTÓRICAS EN LA COCINA. El concepto en sí ya es dudoso. Las campanas extractoras no son esculturas, son electrodomésticos. A nadie se le ocurriría liberar una pared de mobiliario para dar protagonismo al microondas. Al contrario, hacemos todo lo posible por empotrarlo y que pase desapercibido. Con las campanas ocurre lo mismo. Si tienes muebles suspendidos, coloca un grupo filtrante. Si tienes isla o península, es casi más tentador porque ves la escultura en todo su perímetro, pero piensa, ¿no crees que es mejor empotrar la campana y descolgar unas lámparas bonitas?
- EL GOTELÉ. A estas alturas yo creo que ya a nadie se le ocurre aplicarlo en sus paredes. Son a la decoración lo que las hombreras a la moda. Ni Maison Martin Margiela pudo conseguir que nos las volviésemos a poner. Se empezó a usar en los años de construcción masiva para ocultar los desperfectos de las paredes. Llegó a ser tan apreciado que hasta se vendía papel pintado imitando su textura. A día de hoy no hay tendencia más odiada. Si estás en proceso de eliminar el tuyo, ten en cuenta que no basta con eliminarlo y volver a pintar. Tienes que asegurarte de que las paredes están bien rematadas y son de verdad lisas.
Como ves, incluso las tendencias más pasadas se pueden reconducir. En decoración no hay verdades universales y cada casa es un mundo, pero es mejor evitar este tipo de cosas que retrotraen nuestras casas a tiempos pasados que no fueron mejores.
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