Si vas a comprar una vivienda, no es descabellado invertir una pequeña cantidad de dinero en asegurarte de que es la casa de tus sueños antes de emplear en ella los ahorros de toda una vida. Desde que arrancamos, hace ya casi dos años, hemos ayudado a muchos clientes a tomar la decisión más acertada posible, elaborando para ellos informes de viviendas que estaban interesados en comprar.
Si estáis en una situación similar, podéis contar con nosotros para tomar la mejor decisión. Pero como adelanto, en el post de hoy os daremos unas pautas para aseguraros de que la vivienda que vais a comprar es tan maravillosa como parece. Comencemos con unas condiciones generales.
- Conocer los pros y contras de la situación y el entorno. Antes de comprar una vivienda, hay que conocer bien el entorno en el que se encuentra. Conviene saber si cerca dispondremos de parques, centros deportivos, centros de salud, colegios, supermercados etc. También es aconsejable investigar si el transporte público funciona correctamente y si es o no fácil aparcar, especialmente en el caso de que la vivienda que pensamos comprar no disponga de plaza de garaje. Además de las instalaciones que conviene tener cerca, es necesario averiguar si hay otras indeseables, como fuentes de ruido elevado o actividades potencialmente insalubres o molestas (zonas de tránsito nocturno, discotecas, talleres, vías de tren, tráfico denso, etc).
- Buscar una buena orientación. Se discute mucho sobre esto, pero como expertas en bioclimatismo (con sendos másteres) estamos en disposición de afirmar que las mejores orientaciones en España son la sur y sureste: los huecos de fachada reciben la máxima radiación solar en invierno (ganamos calor) y son fáciles de proteger en verano (para evitar el recalentamiento). Somos conscientes de lo difícil que puede llegar a ser encontrar un piso en el centro de una ciudad con buena orientación. Es más, a veces, aun teniendo la orientación idónea, no sirve de nada porque el edificio de enfrente tapa el sol. Otro punto peliagudo es que las mejores vistas y la mejor orientación coincidan, en cuyo caso habrá que establecer prioridades.En zonas con veranos calurosos hay que tener mucho cuidado con la orientación oeste. Es la más difícil de proteger frente al sol y la que provoca más deslumbramientos y contraluces (ojo en zonas de estar y cuartos de estudio). No hay por que renunciar a un piso orientado a oeste si cumple el resto de requisitos buscados, pero habrá que considerar una inversión extra en aislamiento, vidrios, toldos y refrigeración si queremos estar cómodos en casa.
- Comprobar que el plano facilitado por la inmobiliaria o la promotora se corresponde con la realidad. Lamentablemente, al realizar nuestros proyectos, hemos comprobado que muchas veces los planos que ofrecen las inmobiliarias no se corresponden con la realidad: desde superficies y cotas falseadas, hasta muebles cambiados de escala que en realidad no caben en las estancias en que se dibujan. Es imprescindible tener un plano acotado y comprobar las medidas para saber exactamente qué estamos comprando. Con estos planos podemos evaluar fielmente las posibilidades de reforma y las de amueblamiento. Evitamos así sorpresas como cuartos en los que aparentemente caben dos camas cuando en realidad sólo hay sitio para una, salones imposibles de amueblar por su formato o por estar llenos de puertas, cocinas en las que apenas cabe el mobiliario básico, etc.
- Superficie y número de habitaciones. En caso de no querer hacer reforma (por lo menos al principio) es importante tener en cuenta la proporción y número de estancias. Si cocinas a menudo o haces vida en la cocina, busca viviendas con cocinas amplias. Si estás la mayor parte del tiempo en el salón, procura que esté bien orientado y te permita amueblarlo con todas las piezas que has pensado o necesitas. Asegúrate de que los cuartos son suficientemente grandes si vas a instalar dos camas y no olvides buscar un rincón para una mesa de estudio si trabajas en casa. Si tienes niños, piensa que crecen, y con ellos su demanda de espacio.
- Gasto energético. Desde hace unas semanas al comprar o alquilar una vivienda se debe hacer entrega del Certificado Energético de la vivienda. ¿Qué es esto? Se trata de un documento equivalente al que vemos en los electrodomésticos con las letras A, B, C, D, E, F y G. Si vais a alquilar o comprar, no os dejéis engañar: es muy difícil encontrar viviendas de segunda mano (incluso nuevas) con certificado A o B, letras reservadas casi exclusivamente a viviendas que emplean energías renovables en calefacción y con aislamientos de alta eficiencia térmica. C y D es lo habitual, y hasta E se puede considerar aceptable. Si el resultado es F o G debes contar con ello porque acondicionar tu casa te saldrá caro tanto en invierno como en verano a no ser que tomes medidas e inviertas en una reforma energética.
- Ventanas y calefacción. Al hilo de lo que comentamos en el punto anterior, es importante que revises el sistema de calefacción empleado. Si se usa bien, la calefacción central es una buena opción de ahorro, aunque lamentablemente, es poco habitual que su funcionamiento se regule de manera adecuada. Nos encontramos muchas veces con pisos excesivamente caldeados en los que hay que abrir las ventanas en pleno invierno, despilfarrando energía y dinero. La calefacción individual nos permite controlar mejor el gasto y el nivel de confort en la vivienda. Ojo con los radiadores eléctricos pues su consumo es bastante elevado.
- Humedades. Asegúrate de que la vivienda no las tiene o te encontrarás con un serio enemigo difícil de combatir. Si es de segunda mano, echa un vistazo a las paredes, junto a las ventanas y en los suelos y techos. Cualquier mancha o signo de abombamiento puede ser indicativo de una humedad.
- Estado general del edificio. En ocasiones, aunque la vivienda esté en buenas condiciones, el edificio puede tener patologías que nos obliguen en un plazo corto a asumir derramas o gastos extra de comunidad. Comprobar cuándo pasó la última ITE y qué deficiencias se tuvieron que subsanar, en caso de haberlas, es un buen comienzo. Revisa si en las zonas comunes hay grietas o humedades, porque pueden ser síntoma de que en la vivienda también las hay y una mano de pintura las ha disimulado.
- Si la vivienda necesita reforma, calcula el importe de la misma y súmalo al coste de venta. Es difícil dar una cifra sin tener un proyecto, pues el coste de la reforma dependerá mucho del estado de la misma y del nivel de calidad que se pretenda conseguir. Puede estar entre los 500€/m2 y 1000€/m2. Si tienes dudas, lo mejor es que consutles a un experto antes de embarcarte en la aventura.
- El informe de un técnico puede ayudarte a negociar el precio. No siempre es fácil detectar todo lo que os recomendamos revisar. Hay muchos aspectos técnicos que se os pueden escapar. Contar con un técnico que nos elabore un informe de viabilidad puede ser una opción rápida que a la larga puede evitarnos disgustos, sorpresas y sobre todo, gastos inesperados. Además, puede servirte a la hora de negociar el precio, si estás muy interesado en la casa. Si quieres que te ayudemos, ponte en contacto con nosotros y te explicamos cómo podemos ayudarte.