Aunque esta temporada no han podido faltar en los «outfit» de las más «trendy», los estampados étnicos también se quedan en casa apoderándose de todo tipo de textiles: fundas de cojín, plaids, etc. Hoy nos quedamos con los pies en el suelo y os hablamos de las alfombras.
En función del lugar de origen, podemos encontrar todo tipo de estampados y motivos, casi siempre cargados de signifcado. Desde las alfombras de las tribus nómadas del medio Atlas, generalmente en tonos crudos y sin estampados, hasta los kilims más coloristas que estamos acostumbrados a ver en los zocos de Marruecos o Túnez. Nuestras favoritas son las de la región de Beni-Ourain, con su tono netro de base y sus líneas cruzadas formando rombos en tonos negros o azules (alegoría de la maternidad).
En general, las de tonos más intensos, darán un punto colorido a ambientes neutros. Las vemos mucho en decoración de estilo nórdico, donde prácticamente todo es blanco (también los suelos) o de maderas muy claras.
Las berberiscas y las de Beni-Ourain, encajan casi en cualquier estilo decorativo. Son muy neutras por lo que aportan calidez sin resultar nunca estridentes. Son perfectas para dar un toque étnico sin que el estampado tenga una presencia masiva que pueda llegar a cansarnos.
Las figuras geométricas, generalmente son una apuesta más segura que los estampados con motivos orgánicos, sobre todo si lo que se busca es un estilo más bien sobrio y minimalista.