Cada vez se opta por diseños de cocina más minimalistas en tonos claros. Incluso es frecuente apostar por el total white. Nosotros lo recomendamos como solución más intemporal y nos parece la mejor apuesta cuando se proyectan cocinas integradas, estilo «open concept». Sin embargo, siendo realistas, estos acabados pueden llegar a resultar fríos si no se manejan de forma adecuada. Hay que cuidar mucho los detalles si quieres tener una cocina acogedora.
No es la primera vez que llegan a nosotros clientes que han apostado por el «todo al blanco» y se arrepienten de lo frío que les parece el resultado. La mayoría quería una cocina acogedora y se encuentran con que no se sienten cómodos cuando están en ella. Casi siempre el problema que identificamos es que no han sabido resolver los pequeños detalles. El blanco es una solución óptima en muchos casos, pero hay que saber tratarlo para que resulte amable y no te sientas en un laboratorio cuando estás en la cocina.
Si estás en esta tesitura, aquí tienes 9 trucos muy sencillos que puedes combinar entre sí para conseguir una cocina acogedora:
- Como primera medida básica para ganar calidez es fundamental disponer una buena iluminación artificial. Tienes que ajustar la potencia de las luminarias a la superficie de la cocina y, si tienes lámparas frías, sustituirlas por otras de tono cálido (2700 K). Si tienes focos empotrados, también es importante que tengan un buen ángulo de apertura.
- Si estás en fase de proyecto, diseña una iluminación decorativa apropiada aprovechando el falso techo. Si tienes una isla o península, plantéate empotrar la campana extractora y descolgar unas lámparas (como éstas o éstas) sobre la encimera. El efecto es muy acogedor.
- Incorpora complementos de madera, como bandejas, juegos de tablas de cortar, escaleras, un carrito de verduras…
- Si tienes espacio para un office, coloca una combinación de mesas y sillas que incluya madera. Puede ser la mesa, las sillas, o las patas de alguna de las dos cosas. Sí o sí, huye de las típicas combinaciones de cocina y no tengas miedo a incorporar piezas propias del comedor. Lo bueno de las cocinas blancas es que son neutras y admiten amueblamientos de todo tipo.
- Si tienes una isla o península, coloca taburetes de madera. El rollo «vintage» ayuda mucho en estos casos a huir del efecto «hospital» de las cocinas completamente blancas.
- El color también ayuda a que tu cocina sea más acogedora. Añade una alfombra vinílica y, además de aportar color, protegerás el suelo. Tienen un mantenimiento muy sencillo (se pueden fregar, no te digo más).
- Si tienes alguna pared no alicatada, puedes aprovechar para pintarla con algún tono cálido. También puedes apostar por una pared de pizarra imantada y personalizarla con tus propios dibujos, recetas o la «to do list» de la familia. Se trata de dar rienda suelta a tu creatividad y convertir la pared en un auténtico collage. Quien dice pared de pizarra, dice pared de corcho; como más cómodo te resulte.
- Si no tienes muebles altos, coloca unas baldas vistas y muestra tu vajilla favorita, un juego de café bonito o simplemente botes con pasta, legumbres o especias. También puedes colocar unos percheros de botón y colgar paños bonitos.
- Las plantas también ayudan mucho a conseguir una cocina acogedora. Si puedes incorporar una de gran porte, genial. Si no, un conjunto de pequeños tiestos o plantas descolgadas del techo pueden ser una buena alternativa. Además, es una magnífica oportunidad para empezar a cultivar tus propias especias y plantas comestibles.
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Si tu cocina blanca es un proyecto a corto plazo y quieres ayuda profesional para acertar sí o sí, sólo tienes que escribirnos y te contaremos cómo podemos ayudarte.
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