Se habla mucho sobre eficiencia energética estos días. A veces, con todo lo que oímos, podemos sentir angustia y agobiarnos porque no estamos haciendo lo suficiente. Sin embargo, hay sencillos gestos, muchos gratuitos, que te pueden ayudar a ser más eficiente.
Algunos te sonarán, pero no dejes de echar un vistazo porque no siempre es oro todo lo que reluce.
1. Utilizar las ventanas de manera adecuada es el primer paso.
Muy fácil. Gratis.
Si tienes ventilación cruzada (ventanas enfrentadas y con orientaciones distintas), no la desaproveches. En verano, déjalas abiertas por la noche y asegúrate de cerrar a primera hora de la mañana. Así conseguirás bajar unos grados la temperatura interior. Aunque al final tengas que poner el aire acondicionado, lo harás mucho más tarde y ganas unas valiosas horas de confort gratuito.
Es importante que las cierres en las horas de más calor. No creas que por tener las ventanas abiertas y que entre algo de aire, vas a conseguir refrescar la vivienda. Si afuera hace 35 grados y dentro tienes 27, no tiene ningún sentido abrir, por mucha corriente de aire que creas que se genera.
En invierno, baja todas las persianas en cuanto se haga de noche. Este sencillo gesto hace que pierdas menos calor innecesariamente a través de los vidrios.
2. Sustituye las bombillas incandescentes de tu vivienda por lámparas LED.
Muy fácil. Menos de 5 euros por bombilla.
Consumen mucho menos y calientan menos las estancias. En verano lo agradecerás, especialmente si tienes muchos focos empotrados o una vivienda oscura en la que tengas que tener las luces encendidas mucho tiempo.
3. Instala termostatos y mantén la casa siempre a una temperatura constante en invierno.
Muy fácil. Menos de 100 €.
Piensa que si dejas enfriar la casa, tardarás (y gastarás) mucho más en volverla a calentar y tener de nuevo una temperatura confortable. En general, se ahorra más manteniendo un calor latente que encendiendo y apagando la caldera varias veces al día. Emplearás gran cantidad de recursos energéticos en calentar la envolvente (paredes, techo y suelos) una y otra vez.
4. Un paso más es colocar vidrios más eficientes en tus ventanas.
Fácil. Unos 100 euros por m2 de ventana.
Los vidrios bajo emisivos y con sistema de control solar pueden ser una buena alternativa a los vidrios convencionales pero no son una solución universal. Funcionan a partir de un tratamiento que se hace a los vidrios interiores (en sistemas dobles y triples) cuya función es bajar la transmitancia del vidrio, es decir, hacerlos más aislantes. Esto hace que pierdas menos calor en invierno y recibas menos la poco deseable radiación del sol en verano. Sin embargo, la ganancia solar en invierno también más baja y aprovecharás menos el “calorcito” en ventanas más expuestas. En determinadas exposiciones y ubicaciones geográficas, puede ser más deseable ganar ese calor en invierno que protegerse de él en verano; es cuestión de analizar el caso con algunos cálculos.
Antes de hacer el cambio, asegúrate de que tienes un muro con un buen grado de aislamiento. Cambiar las ventanas o los vidrios por unos de alta eficiencia en fachadas mal aisladas puede provocar humedades por condensación en el encuentro entre materiales.
Hay muchas variables y merece la pena contar con un experto que te asesore. El ahorro puede ser mucho pero también puedes hacer una inversión que no retorne la amortización esperada.
5. Instala toldos para protegerte de la radiación solar en verano.
Fácil. Unos 300 € por ventana.
Si colocas unos toldos en las ventanas más expuestas y las proteges cuando el sol incide sobre ellas, notarás sensiblemente la diferencia. Para que sea eficiente, el diseño del toldo debe adaptarse a la orientación en la que se instala.
- En ventanas orientadas al oeste, debe estar inclinado al menos 45º y tener una tela con alta protección UV.
- Cuando la orientación es este, puedes instalar un tejido más sencillo porque la radiación solar por la mañana es menor que por la tarde. No obstante, también deberá ser inclinado si quieres que funcione bien.
- En orientaciones sur puras, a veces es suficiente con el propio alero de la ventana. En esos casos, instalar un estor tipo screen por el interior puede ser suficiente para mejorar el confort interior.
- Las ventanas orientadas al norte no necesitan toldo.
El tejido, en cualquiera de las orientaciones, debe ser microperforado y garantizar la ventilación. En caso contrario, el calor se acumulará entre el toldo y la ventana, creando un indeseado efecto invernadero.
6. Cambia tu caldera por una de condensación.
Fácil. Entre 1500 y 3000 € en función de la potencia.
Si tienes un modelo antiguo, valora invertir en una caldera de condensación. Estas calderas condensan el vapor de los humos de combustión (que las convencionales desperdician) y aprovechan el calor residual que produce este cambio de estado para calentar de nuevo el agua del circuito. Ahorrarás en combustible y lo notarás en tu factura.
7. Mejora la eficiencia térmica de los muros de fachada de tu vivienda.
Requiere obra; recomendable si vas a hacer una reforma integral.
Lo ideal es añadir el aislamiento por el exterior pero esto requiere el consenso de la comunidad y un proyecto técnico con dirección de obra. Si puedes proponerlo a tus vecinos y sale adelante, es lo ideal porque es más eficiente y no pierdes espacio interior. Incluso algunos ayuntamientos facilitan estas intervenciones con subvenciones específicas o bonificaciones en las tasas de la licencia.
Si no lo consigues, siempre puedes aislar tú por el interior, trasdosando los muros de fachada que delimitan tu vivienda. Perderás entre 5 y 10 cm en todo el perímetro exterior de la vivienda. Dependerá del aislante que elijas y el sistema de trasdosado.
8. Apuesta por emisores de calefacción más eficientes.
Requiere obra. Alrededor de 100 €/m2.
El suelo radiante por ejemplo, es más eficiente que los radiadores hidráulicos porque con agua a menor temperatura puede conseguir un mejor confort térmico en la vivienda. El calor generado en el suelo tiende a subir, así que todo el volumen de las estancias se calefacta de manera homogénea.
En viviendas de nueva planta, nos parece una inversión estupenda. En reformas suele ser complicado implementarlo porque aumenta entre 8 y 10 cm el espesor del suelo. Eso supone un escalón en la entrada y techos y alféizares de las ventanas más bajos. Cuidado si os proponen «picar el suelo» para evitar escalones. Se puede eliminar el mortero de agarre de las baldosas pero en ningún caso la capa de compresión de los forjados. Esa capa (unos 5 cm de hormigón sobre mallazo de reparto) es fundamental para el correcto trabajo del forjado y la protección de las armaduras. No debe picarse en ningún caso.
Al ser un sistema de baja temperatura, puedes implementarlo con sistemas de generación de calor como la aerotermia. Se trata de un sistema que obtiene la energía de la temperatura del aire exterior. Para ello usa el concepto de bomba de calor. Necesitarás espacio para la unidad exterior. Funciona bien con suelo radiante o con radiadores de baja temperatura. El equipo y la instalación (sin contar los emisores o el suelo radiante) te costará unos 3000 €.
Implementa un sistema de domótica que se encargue de todo y despreocúpate mientras ahorras.
La mayoría de estas propuestas admiten variantes más sofisticadas. La manipulación de las persianas y toldos, por ejemplo, la puedes hacer tú mismo o delegar en un sistema de domótica que se encargue de todo incluso aunque no estés en casa. Necesitarás persianas y toldos motorizados e implementar algunos mecanismos, pero una vez que apuestas por el cambio, es más sencillo de lo que parece.
La caldera y el aire acondicionado también admiten programación. En ambos casos hay modelos con wifi que puedes encender, apagar y programar cómodamente desde tu móvil. No dejes de echar un vistazo a estos sistemas que pueden ahorrarte algunos euros.